Columnistas
¿Cómo hacer periodismo de investigación en temas de salud?
Por: Patricia Marcano
No es común. Cuando hablamos de periodismo de salud solemos asociarlo a trabajos de cobertura diaria, a reportajes informativos y pocas veces a reportajes de investigación. El ritmo frenético del ‘diarismo’ restringe las posibilidades de hacer historias de largo aliento, pero podemos sacar provecho de eso e ir más allá.
Convertir un tema de cobertura diaria en una gran investigación de salud es posible. La clave está en estar atentos a ese “elemento disparador”, a esa corazonada que nos dice que puede haber algo más en este hecho o denuncia que estamos cubriendo, en esta noticia que escribimos o leemos, en este anuncio oficial que vemos y comenzar a hacernos preguntas: ¿hay algo oculto aquí? ¿Puede haber algo revelador? ¿Ese algo es de interés público?
Esas preguntas concentran las características que marcan al periodismo de investigación: revela algo oculto, tiene relevancia para el público y nace de la iniciativa del periodista. Se trata de la iniciativa que nos impulsa a proponer posibles temas a los editores y que deberíamos poner en práctica para ir subiendo los temas de salud a la agenda de las investigaciones.
Podemos estar cubriendo una protesta en un hospital que lleva años en remodelación, con obras inconclusas o finalizadas con muy mala calidad según denuncias de los médicos. ¿Cuál fue la empresa o las subcontratistas que actuaron en esas remodelaciones? ¿Tienen experiencia? ¿Ganaron una licitación o cómo se asignó ese contrato? ¿Se invirtió el dinero?
En estos años de pandemia hemos visto cómo los gobiernos nacionales, y hasta los locales, se han involucrado en la compra de medicamentos, de insumos médicos, de vacunas. Podemos mirar cómo se efectuaron esos contratos y quiénes resultaron beneficiados, las conexiones que tienen, el costo, la procedencia. ¿Por qué se seleccionó a ese laboratorio o casa comercial? ¿Hubo intermediarios? ¿Fue una compra directa o triangulada?
Para trascender de las sospechas a la búsqueda de datos, identificación de patrones y hallazgos es necesario que apliquemos varias técnicas de investigación. Entre las primeras recomendaciones está el planteamiento de una hipótesis: ella nos guiará en el proceso de búsqueda para evitar un rastreo atomizado. Podemos plantear una hipótesis mínima y una hipótesis máxima, que se traducirán en la historia mínima o máxima que planeamos contar, pero siempre debemos estar dispuestos a cambiar esa hipótesis sobre la marcha, a medida que vamos avanzando en la búsqueda de información y descubrimos que el camino es otro, que nos equivocamos con la premisa planteada o que hay que reformular. Incluso, podemos descubrir que el tema se cae y eso también está bien.
Como el volumen de información será grande, la elaboración de bases de datos propias es fundamental. Vaciar la información en una hoja de cálculo, organizar los datos que vamos recopilando, hacer cruces o tablas dinámicas se convertirán en hábitos.
Identificar las empresas involucradas y comenzar a rastrearlas (a qué se dedican, quiénes son los accionistas, redes de negocios) suele ser un buen punto de partida. En los registros mercantiles se puede hallar parte de esa información (varios países permiten el acceso gratuito a sus registros online). También existen bases de datos internacionales, gratuitas, que permiten hacer búsquedas a periodistas. Una de ellas es Aleph, que reúne información mercantil de más de 140 países y territorios, desarrollada por el Proyecto de Reportería de la Corrupción y el Crimen Organizado (Occrp, por sus siglas en inglés).
Si el rastreo de información incluye la búsqueda de importaciones y exportaciones de productos, hay varias opciones para consultar: Import Genius, Panjiva y Data Sur. De las dos primeras es posible hallar datos si se aplica una búsqueda avanzada en Google, pero también se pueden hacer solicitudes a sus correos de contacto. La búsqueda avanzada de Google siempre será una gran herramienta útil y valiosa para conseguir datos. Y las fuentes vivas, por supuesto, no deben ser olvidadas.
En temas de salud es determinante buscar a los especialistas indicados, pedirles explicaciones y orientación para entender desde términos técnicos hasta procesos. Los científicos y médicos que son docentes universitarios suelen ayudar mucho. Es fundamental, además, revisar muy bien cuál es la fuente de la información, si el dato fue publicado en una revista científica arbitrada o no, cuál es el tamaño de la muestra del ensayo clínico, revisar detalles, ver la metodología. No olvidar que, por ejemplo, un estudio in vitro, en laboratorio, y un estudio en animales no es igual a un estudio aplicado en personas. El número de participantes es importante.
Extremar la rigurosidad y mantener la precisión del dato es vital, siempre. Y crear falsas expectativas es algo que se debe evitar. Recordemos que cuando trabajamos temas de salud, aquello que publiquemos puede causar un cambio de hábitos en las personas o incidir en la toma de decisiones equivocadas.
El periodismo de investigación se logra con método, perseverancia, iniciativa, voluntad y olfato. Supone pasar muchas horas frente a una pantalla, manejar bases de datos, adoptar otro ritmo de reportería y lidiar con un alcance mayor. Llevar temas de salud al terreno de la investigación periodística es posible.
Sobre el Premio Roche
El Premio Roche es una iniciativa de Roche América Latina, con la Secretaría Técnica de la Fundación Gabo, que busca reconocer la excelencia y la cobertura periodística de calidad sobre la salud en la región.
Para más información o consultar inquietudes sobre la novena edición del Premio Roche, comunícate al correo electrónico: premioroche@fundaciongabo.org