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Ganadores

Las cosas como son: Relatoría del Premio Roche de Periodismo en Salud 2016

Las cosas como son: Relatoría del Premio Roche de Periodismo en Salud 2016

septiembre 07, 2016

 

Relator: Carolina Arteta Caballero

 

Jurados de la categoría Radio:

Carlos Ulanovsky

Periodista y escritor con más de 50 años de carrera en diversos medios de Argentina y México. Ha publicado 23 libros, en su mayoría sobre la historia de los medios de comunicación de su país. La mayor parte de su carrera la ha dedicado a la radio; ha participado y dirigido programas en emisoras como Radio Mitre y la Radio Nacional, donde actualmente conduce el programa de variedades Reunión Cumbre. También ha hecho parte de las redacciones de Clarín, La Nación y Página 12, y ha participado en programas de televisión. Durante su estadía en México en los años setenta trabajó en el diario El Universal, Televisa y las revistas Proceso e Interviú.

 

Veet Vivarta

Experto en el sector de medios, derechos humanos, desarrollo y sostenibilidad, Veet Vivarta actualmente ejerce como consultor independiente. Periodista desde 1976, trabajó en los principales diarios de Brasilia, capital de Brasil. En 1996, se iniciaron sus actividades junto a la ONG ANDI – Comunicación y Derechos, de la que llegó a ser Secretario Ejecutivo. La misión de esta organización está orientada al reconocimiento del rol estratégico que juegan los medios de comunicación en la promoción de los derechos humanos, los valores democráticos y el desarrollo inclusivo.

Forma parte del Comité Gestor del Global Forum for Media Development (GFMD) en calidad de representante de Latinoamérica y Caribe. También ha participado como representante de la sociedad civil en el grupo de trabajo responsable de la construcción del Suplemento de Indicadores de Desempeño dirigidos específicamente al sector de medios, en el ámbito de la Guía para la Elaboración de Memorias de Sostenibilidad del Global Reporting Initiative (GRI).

 

Jurados de la categoría Internet:

 

Hernando Álvarez

Director de BBC Mundo y editor regional de las Américas del Servicio Mundial de la BBC. Hernando comenzó su carrera en 1992 en Colombia como parte del equipo de Revista Semana, en 1996 se trasladó a Londres, donde obtuvo una maestría en Historia en la London School of Economics. Fue corresponsal en Londres de El Espectador y Revista Cambio y trabajó para la agencia de noticias española EFE. En el año 2000 se incorporó al Servicio Mundial de la BBC. Como periodista de BBC Mundo, Hernando cubrió en radio las guerras de Afganistán e Irak y más tarde trabajó como corresponsal para la región andina con sede en Bogotá. En 2006 fue nombrado editor general de BBC Mundo, cuando el sitio fue galardonado con el premio Ortega y Gasset de Periodismo. Desde 2012 es director de BBC Mundo y editor de la región de las Américas del Servicio Mundial de la BBC. En 2015 estuvo a cargo de la creación y lanzamiento del Digital Hub de la BBC, un lugar que produce contenido periodístico digital para los 29 idiomas en los que transmite la BBC.

 

Mariluce Moura

Periodista especializada en periodismo científico desde 1988.  Anteriormente trabajó durante dos décadas en otras áreas del periodismo en los principales medios de su país. Creó y coordina el Proyecto ‘Ciencia na rua’ (www.ciencianarua.net) que ofrece contenido científico enfocado al público joven. En 1999 fundó y dirigió hasta 2014 la revista Pesquisa Fapesp, la principal revista de divulgación científica del país, que ha servido de modelo para muchas otras publicaciones de su tipo.

 

Asesoría médica:

Ángeles López Urbano

Estudió Enfermería en la Escuela Universitaria de Enfermería de Córdoba y posteriormente se licenció en Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Realizó un Máster de Comunicación Científica y Médica en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Durante siete años trabajó en diferentes hospitales de Córdoba y Madrid como enfermera en múltiples especialidades como oncología, traumatología y medicina interna. Desde el año 2001 trabaja en la sección de salud del periódico El Mundo, donde empezó como redactora.  Actualmente dirige la sección y desarrolla proyectos como especiales informativos, formatos audiovisuales en video y gráficos y gestión de redes sociales. En los últimos años ha realizado talleres de comunicación en salud dirigidos a médicos, investigadores y estudiantes de Periodismo, Medicina y Enfermería.

 

Introducción

Para la cuarta edición del Premio Roche de Periodismo en Salud, cuatro jurados provenientes de tres países –Brasil, Argentina y Colombia– se dieron cita el 4 y 5 de junio en Cartagena de Indias para elegir a los finalistas y ganadores. Durante esos días, Carlos Ulanovsky, Veet Vivarta, Maurice Moura y Hernando Álvarez, con la asesoría médica de Ángeles López Urbano, evaluaron los trabajos preseleccionados y conversaron acerca del creciente valor del periodismo de salud en Latinoamérica.

El primer día, los jurados de la categoría Radio, Ulanovsky y Vivarta, compartieron los apuntes que traían de las piezas preseleccionadas, y escucharon nuevamente, en silencio, y haciendo pausas para comentarios breves, los trabajos de los que tenían conceptos distintos. Al final, los jurados decidieron premiar las producciones radiales que mantuvieron su unidad en torno al tema central escogido y que utilizaron recursos narrativos originales para sostener la atención del oyente.

Durante el segundo día, Álvarez y Moura, jurados de la categoría Internet, identificaron desde el inicio de la mañana las piezas que se destacaban por su buena calidad periodística y relevancia informativa. Luego de varias horas de debate, eligieron aquellos trabajos que lograron tratar temas de salud desde puntos de vista distintos a los usados tradicionalmente por los medios, que aprovecharon las herramientas digitales y que, utilizando un lenguaje propio de internet, consiguieron contar una historia interesante de forma clara.

Como recomendación, mencionaron que los trabajos en internet deben ser pensados para adaptarse a las diferentes plataformas –móvil, tablet, y desktop– de tal forma que el lector pueda aprovechar el contenido en cada una de ellas. Sugirieron, además, que los periodistas y los medios interactúen con sus audiencias y encuentren de esta forma opiniones, testimonios y/o nuevas historias que puedan llegar a nutrir sus reportajes.

Del encuentro quedaron los finalistas y ganadores del Premio Roche de Periodismo en Salud, las reflexiones de los jurados sobre el estado del periodismo en salud en Latinoamérica, sus recomendaciones y esta relatoría.

 

Palabras clave: radio, internet, periodismo en salud, investigación, innovación, relevancia social, multiplicidad de fuentes.

Las cosas como son

 

“Odio la expresión adulto mayor, yo soy un viejo”, dice Carlos Ulanovsky. Son las nueve y cuarto de la mañana en Cartagena de Indias y apenas inicia el primer día del proceso de selección del Premio Roche de Periodismo en Salud. En el salón, sentados frente a una mesa rectangular, además del periodista Carlos Ulanovsky, está el consultor de medios Veet Vivarta y la especialista Ángeles López Urbano. Sobre la mesa descansan los apuntes que los dos jurados y la asesora médica trajeron desde Argentina, Brasil y España. Los tres tienen la tarea de decidir cuáles de los 22 trabajos preseleccionados en la categoría Radio serán, al final del día, los dos finalistas y el ganador.

Vivarta cuenta que identificó varios tipos de periodismo en salud presentes en los trabajos que recibió: Periodismo de servicio a la población (el que comunica, por ejemplo, acerca de las campañas de vacunación); de información (como el que incentivan los gobiernos y la Organización Mundial de la Salud con motivo del día del cáncer de mama); de innovación científica (que cuenta a los oyentes las soluciones para un problema a raíz de los resultados de una investigación); y de política pública (que investiga el funcionamiento del sistema de salud. Puede partir de un caso para contar la situación general).

“La mayoría de contenidos informan del tema sin discutir en profundidad sus razones y posibles soluciones a largo plazo”, dice Vivarta. “‘Necesitamos más plata.’ Sí, claro que es una emergencia, pero qué sigue después. Cómo miramos en profundidad los problemas estructurales de un sistema de salud”, reflexiona en voz alta. Por eso, opina que el más difícil de llevar a cabo es el último tipo de periodismo en salud, porque exige conocimiento sobre el sistema, o en todo caso, sobre el presupuesto público. “Es muy difícil de manejar porque algunas veces no son datos transparentes, y otras veces son complejos”, dice Vivarta.

Sin embargo, aclara que los periodistas no deben de dejar de cubrir estos temas por más desafiantes que resulten. “Hay que reivindicar el papel del periodista en los temas de salud. Creo que no garantiza nada que un médico, un sanitario o una enfermera dén información de salud. La información de salud debe ser también crítica, y creo que el punto crítico lo puede poner mejor un periodista que un especialista”, agrega Ángeles López.

A medida que avanza la conversación, las opiniones de los jurados continúan encontrándose. Los tres coinciden en que un periodista debe investigar a fondo un tema que tenga relevancia social para luego poder contarlo bien. Más tarde ese mismo día, López dará un ejemplo: “Cuando ocurre una crisis de salud hay muchos rumores y mala información. Un periodista va a una fuente oficial o médica, que puede aclarar a la población lo que está pasando, y una de las cosas que casi siempre le dicen es: ‘No te puedo decir más que un par de cosas porque yo no sé lo que está pasando’”. Y agrega: “Establecer un juicio rápido sobre un tema probablemente conduzca a una mala interpretación”.

Maurice Moura y Hernando Álvarez, los jurados de la categoría Internet se sientan en el mismo lugar al día siguiente. Durante la mañana hablan de la importancia de darle al lector la información que necesita para comprender todos los ángulos de un problema. Coinciden, sin saberlo, en que una investigación exhaustiva es lo que da credibilidad a un reportaje. Dicen también que incluir el contexto de la situación que se narra es importante, y que es un elemento necesario para construir un trabajo balanceado.

Los jurados de la categoría Internet pasan gran parte de la tarde del 5 de junio debatiendo acerca de uno de los 22 trabajos preseleccionados. Consideran que “El negocio del IGSS con una empresa podría matar (literalmente) a 530 personas”, de Guatemala, es una narración atrapante de un proceso corrupto que puso en peligro la vida de centenares de personas. “Es una denuncia dentro de la lucha contra la corrupción que se lleva adelante en Guatemala que merece ser aplaudida”, dice Álvarez. El reportaje, sin embargo, tiene un vacío que deja a los jurados con ganas de saber más. Las dudas surgen de lo que la historia no cuenta.

Durante casi dos horas, Álvarez, Moura y López leen de nuevo fragmentos del trabajo, buscan más información sobre la farmacéutica Baxter y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) en internet, y tratan de entender qué pasó antes del caso que cuenta el trabajo. Leen artículos de medios de varios países de Centroamérica: México, Guatemala, el Salvador y descubren que las raíces del problema vienen de medio siglo atrás. “¿Tenemos un problema de contextualización?”, se pregunta de repente Moura.

“Es muy difícil cuando la corrupción política se mezcla con los intereses empresariales. Pero es en ese momento cuando el periodista debe tener una claridad total del problema, y preguntarse: ‘¿Hasta qué punto estoy siendo un instrumento en una guerra de intereses?’”, dice.

Los jurados analizan el proceso que narra el reportaje. Juntos reconstruyen los pasos de la historia y concluyen que es necesario que el lector sepa el contexto –en este caso, de lo que ha pasado en otros países– para tener una visión completa de un problema de salud. Dicen que se debe dar importancia a una etapa sin dejar de mencionar la otra. Piden que sus observaciones aparezcan aquí.

Buscar nuevos enfoques, múltiples voces y otras narrativas

Los puntos de vista poco convencionales, que rompen con los preconceptos de los lectores, son un recurso que elogian los jurados en varios de los trabajos que evalúan.

La opinión de la enfermera embarazada que quiere tener un parto humanizado; las manos del hombre que sufrió un accidente de trabajo y se convirtió en una estadística; la voz de la madre de la niña a quien el gobierno considera víctima de la sugestión colectiva por sufrir desmayos después de que fuera vacunada contra el Virus del Papiloma Humano (VPH); la cara de la mujer que ve a su madre, enferma de Alzheimer, jugar con una muñeca.

Dice Vivarta que son aquellos trabajos que buscan “abordar un tema que no es común desde una mirada que no es tradicional” los que le llaman la atención. Es interesante –agrega– el reportaje que contrasta opiniones y que, a pesar de defender una posición, no es militante. Un trabajo que se muestra abierto a las críticas.

Pero en caso de que el periodista escoja enfocarse en una sola fuente debe contar la razón por la que lo hace. López habla de la honestidad del comunicador y de decir, por ejemplo, por qué elige narrar la historia de un solo hospital. “El oyente tiene que saber por qué le están contando algo”, aclara.

Vivarta, López y Ulanovsky opinan durante las pausas en las grabaciones de los programas que han decidido escuchar una vez más. Mientras el salón de Cartagena se llena de sonidos, Ulanovsky cierra los ojos y baja la cabeza para volver a escuchar los programas como lo hizo la primera vez, en su departamento de Buenos Aires. “Yo traté de juzgar la radio como generadora de historias. Me gusta la radio en la que se nota trabajo detrás. Del tipo que no se conformó con una sola fuente”, cuenta.

López dice que tal vez existan dos tipos de trabajos entre los que recibieron. Algunos tratan un tema de forma amplia, con muchas voces, y otros son más pequeños, focalizados, y utilizan formatos que llaman la atención del oyente. Al hablar de este último, se refiere a un estilo de programa más informal, “muy ameno y capaz de llegar a todo el mundo”.

Lueg llegan a la conclusión de que un reportaje debe ser robusto sin dejar de ser atractivo para el público. El balance de los elementos “duros” y “blandos” crea una narrativa que atrapa al oyente. Para Vivarta, esto se logra “con una edición dinámica y usando recursos de radio sin hacer del programa un show o algo de entretenimiento. Es utilizar recursos propios del medio para dinamizar informaciones que vienen en un paquete pesado”.

Destacan el efecto logrado en uno de los trabajos, que contrasta los testimonios las niñas de El Carmen de Bolívar con los conceptos de los expertos que hacen un análisis desde el punto de vista médico. “Agrega una mirada diferente a un tema que los medios ya habían cubierto”, dice Vivarta.

En el caso de internet, Moura y Álvarez hablan de crear un juego narrativo digital no solo con los testimonios humanos y la información estadística, sino también con una presentación visual que intercale texto, imágenes, videos y gráficos interactivos. Todo esto con un sentido detrás para que el lector sienta que el trabajo es un solo paquete. Para Álvarez, se trata de hacer una investigación inicial para luego decidir cuál será el partido narrativo a seguir. “Cómo cuento la historia que descubrí y qué herramientas usaré”.

Insiste también en que si se van a usar imágenes y videos hay que pensarlos desde y para la web. “Lo digital es más auténtico y cercano”, dice Álvarez. “Es como cuando hablas con tus padres y tus hermanos. Así consumimos en internet ahora”, confiesa. Por eso, un trabajo que inicia con un video que muestra el lado humano de una condición médica genera empatía en la audiencia digital. Aunque, claro, en el periodismo nunca hay fórmulas infalibles.

En algún momento de la tarde, Ángeles López baja la mirada y observa los papeles que tiene en frente. Son los textos de los trabajos de ambas categorías que pasaron a esta última fase. Cuenta que los imprimió y los leyó con tranquilidad. Pero luego dice: “Es importante que un trabajo sea redondo visualmente. Hay que valorar que estamos en internet. No es un periódico”.

Rescatar temas pocos tratados en los medios

El periodismo en salud brinda un espacio para abordar temas relevantes para la sociedad que –por su complejidad– suelen escapar el radar del día a día de los medios de comunicación. Con las horas, los cuatro jurados vuelven sobre esta idea una y otra vez.

“Que la temática de salud no sean únicamente cuestiones de oportunismo y menos un festín mediático. Es que, sobre estos temas, los medios siempre exageran o escandalizan, mientras que los gobiernos ocultan, minimizan, y en el mejor de los casos, marchan detrás de los acontecimientos”, reflexiona Ulanovsky.

Tanto en la selección de los trabajos finalistas de la categoría Radio como en la de Internet, los jurados valoran las producciones que abordan problemas que están presentes en varios países de Latinoamérica, pero que no reciben la atención mediática que merecen, como los accidentes laborales y la malnutrición infantil. Aconsejan que el periodista encuentre historias que le permitan abordarlos. Resume Vivarta: “En términos médicos, interesa una radiografía, un diagnóstico y luego un tratamiento”.

Carlos Ulanovsky señala que también es interesante ahondar en temas que han sido cubiertos de forma rutinaria ya sea por voluntad o por poca disponibilidad de recursos y tiempo. Lo dice así: “Retomar una historia que aún sigue viva, porque en las noticias se olvidan las historias de forma muy rápida”.

Al siguiente día, Mariluce Moura hace un barrido por los temas de los trabajos escogidos, y habla del valor histórico de mostrar el peso que tiene un tema específico en la sociedad. Opina que un reportaje acerca del Alzheimer, por ejemplo, que incluya el lado científico, personal, y sanitario de la enfermedad mental “es un mensaje en el sentido de que es necesario valorar estos temas que están en el interior de nuestra experiencia histórica”.

Más tarde Moura habla desde su propia experiencia. Su proyecto Ciência na rua ofrece contenido científico al público joven. Dice que para el periodismo en salud la explicación científica de la enfermedad o condición médica de la que trata un trabajo no debe faltar nunca. A su vez, esta debe agotar todos los recursos para conseguir que el lector entienda de lo que se está hablando. Para Moura, el desafío es rescatar un tema de salud de una manera profunda que tenga validez y que a su vez sea lo suficientemente clara como para llegarle a un público amplio.

Veet insiste en esta característica. “Pensar en el lector, o en todo caso, el oyente. Preguntarse: A quién le va a interesar este trabajo y quién le va a dedicar su tiempo”, dice.

Explorar nuevos (o no tan nuevos) formatos y relacionarse con la audiencia

“Un perro cenizo con un lucero en la frente irrumpió en los vericuetos del mercado el primer domingo de diciembre y revolcó mesas de fritangas, desbarató tenderetes de indios y toldos de lotería, y de paso mordió a cuatro personas que se le atravesaron en el camino. Tres eran esclavos negros; la otra fue Sierva María de todos los ángeles, hija única del marqués de Casalduero, que había ido como una sirvienta mulata a comprar una ristra de cascabeles para su fiesta de 12 años.[1]

Utilizar fragmentos de “Del amor y otros demonios” de Gabriel García Márquez dentro de la narración de un trabajo que se presenta a la Fundación homónima sería quizás el menos innovador de los recursos. Tal vez por eso, los jurados de la categoría Radio analizan en detalle la técnica empleada. Lo escuchan de nuevo y opinan. Sus observaciones dan cuenta de que las palabras del Nobel son coherentes con el relato, y en vez de cortar con la narración de la historia, la refuerzan.

El grupo identifica también un formato que les llama la atención: el documental radiofónico. Este tipo de trabajo reúne varios testimonios en torno a una situación común. La producción denota esfuerzo y tiempo detrás. Temen, sin embargo, que se cumpla aquella frase que dice que “el que mucho abarca poco aprieta”. Entonces recomiendan siempre identificar el tema central y mantenerlo. No desviarse. “Había un periodista veterano que siempre aconsejaba que en el medio de una nota no abras otro motor, porque eso te desvía y te lleva a otros lugares”, dice Ulanovsky.

Al final del segundo día los jurados reconocerán el mismo formato literario en otro trabajo postulado: “Es una pieza periodística rica en imágenes que aportan color, olor y música. Es un ejemplo de recuperación de un formato de periodismo literario para internet, que es visto como el menos literario de los medios”. No es coincidencia. Los cuatro expertos coinciden en que la forma de un trabajo guarda estrecha relación con su contenido. Por eso el formato que sirve para uno, puede no ser el mejor para otro.

Más tarde, los jurados de Internet llaman a desterrar la idea que circula por algunos medios de comunicación de que a los usuarios de la web no les gusta leer textos largos. Ángeles López cuenta que, por ejemplo, en la sección de Salud del diario español El Mundo varios trabajos de largo aliento se han ubicado entre los más leídos.

En este punto los jurados entregan dos recomendaciones: Los medios están llamados a utilizar nuevas métricas para medir la interacción de la audiencia digital con sus contenidos. Hernando Álvarez dice que, más que la lecturabilidad –o la cantidad de usuarios únicos que entran a un artículo–, las salas de redacción deben poner la lupa en el engagement, o el tiempo que una persona dura consumiendo un contenido. Al igual que en el periodismo de papel, en internet el énfasis debe estar en la calidad, más que en la cantidad. En ese sentido, los jurados destacan el trabajo que están haciendo los “medios pequeños” –o los nativos digitales- en Latinoamérica: están aprovechando los recursos digitales para enriquecer sus trabajos.

Segundo, el contenido de los medios debe adaptarse a las distintas plataformas desde las cuales llegan los lectores para que no se pierda un pedazo de la historia entre una y otra. Álvarez dice que internet no debe ser pensado simplemente como un lugar más para volcar el contenido periodístico.

Dice, además, que las redes sociales cambiaron las posibilidades que tienen los medios para relacionarse con sus lectores, y que los periodistas deben encontrar la forma de aprovechar esto. Abrir un tema a la audiencia, encontrar otras voces, y plasmar esos aportes en el reportaje, es una opción. “El paso que hay que dar es escuchar a la audiencia, más allá de que la audiencia no nos escuche a nosotros”, dice Álvarez. “Lo interesante es que el periodismo se está convirtiendo en una comunicación horizontal”, agrega.

Sobre este punto, uno de los jurados de la categoría Radio durante la tarde del primer día destaca que uno de los trabajos “es de alta calidad y se atreve a arriesgarse. A cruzar límites”.

Durante los dos días que dura la actividad los jurados trabajan largas jornadas. Saben que su decisión será un reconocimiento para los que participaron del premio, y un mensaje para el resto de periodistas del continente. Conversan, debaten, opinan y reflexionan en voz alta. Defienden un trabajo cuando creen reconocer un elemento valioso, pero también cambian de decisión cuando las observaciones de los otros miembros de la mesa les hacen notar algún elemento que no vieron.

Al final, aplican sus propios consejos y emiten conceptos claros. En este sentido, Carlos Ulanovsky deja una última reflexión: “Cuando quieran referirse a un tema, hablen de él. No se desvíen, no tomen atajos inútiles porque eso, inevitablemente, debilita el tema central y le quita fuerza de identidad”. Las cosas hay que decirlas como son.

[1] GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel: “Del amor y otros demonios”. Editorial Diana. México, 1994.

Descarga la relatoría completa aquí.

 

 

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