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5 retos en la cobertura periodística sobre salud mental
Antes de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había indicado que casi mil millones de personas sufrían algún trastorno mental diagnosticable. La pandemia de COVID-19 ha exacerbado esta situación: la OMS estimó en 2022 que la prevalencia de la depresión y la ansiedad había aumentado entre un 25 % y un 27 % a nivel mundial. Abordar la salud mental es entonces no solo una necesidad urgente, sino también una responsabilidad en la que los periodistas desempeñan un papel crucial.
Los reporteros enfrentan retos que no pueden pasar por alto al realizar sus coberturas, especialmente aquellas relacionadas con la salud. Por ello, en el Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre, queremos compartir cinco de los muchos desafíos que deben considerarse al cubrir la salud mental:
1. Problemas en la sistematización de datos en la región: Hoy en día encontrar información en internet es muy fácil, pero ¿qué tanto podemos confiar en la fuente que consultamos?
Este es un reto importante para los medios de comunicación, pues aún no existen reportes anuales sistemáticos sobre temas específicos como la ansiedad, la depresión, los trastornos mentales o simplemente problemas relacionados con la salud mental.
Generalmente, la cifras que encontramos en diversos medios de comunicación son proporcionadas por la OMS o provienen de contextos norteamericanos; pero, por ejemplo, no contamos con una fuente oficial para cifras en América Latina, que pueda corroborar con exactitud el panorama de cada país.
2. La salud mental dentro de los medios: Hablar de salud mental no debe limitarse a los hallazgos de una reportería o replicar las cifras de un informe; también debe ser una preocupación al interior de los equipos de trabajo de los medios de comunicación.
El periodismo es un campo de acción que se mantiene en constante riesgo. La ansiedad de una cobertura y el estrés de las entregas pueden hacer de las suyas; por ello es indispensable buscar herramientas o redes de apoyo para el cuidado de la salud mental de los equipos.
3. Surgimiento de influenciadores no especializados: Las redes sociales están al alcance de la mano de toda la sociedad, creando una dificultad para garantizar que lo que la gente publica y lee sea útil, preciso y riguroso. Influencers con grandes audiencias se han convertido en los referentes de información de muchos usuarios en estas plataformas, pero los medios de comunicación deben avanzar junto a ellos y seguir apostándole a la creación de figuras que puedan informar de manera segura y confiable.
4. Exceso de complejidad: ¿Les ha pasado que van a una cita con su médico de cabecera y la receta médica no la entienden por su pobre caligrafía o su lenguaje excesivamente técnico? Eso mismo ocurre a la hora de informar a la audiencia sobre asuntos importantes, pero complejos, como la salud.
Los medios de comunicación no pueden ser el doctor con la letra poco legible; por el contrario, deben desenmarañar y traducir de la manera más precisa posible los temas relacionados a la salud, especialmente la salud mental. Entre más clara sea la información, mayor impacto tendrá en el lector.
5. Deshumanización en las coberturas: Todos repitamos: ¡el amarillismo no es nuestro aliado!
Hacer uso de imágenes alarmantes, sin contexto o con información falsa aumenta la deshumanización de las historias. No podemos vincular testimonios a las coberturas sin antes tener un tratamiento adecuado de la información. La rigurosidad y la responsabilidad son los pilares del periodismo.
Sobre el Premio Roche
El Premio Roche de Periodismo en Salud es una iniciativa de la Fundación Gabo, con el apoyo de Roche América Latina y Genentech, que busca reconocer la excelencia y estimular la cobertura periodística de calidad sobre temas de salud y ciencia en América Latina, integrando miradas desde lo sanitario, económico, político, social, entre otras áreas de investigación en el periodismo.