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Ganadores

Relatoría Premio Roche de Periodismo en Salud – Categoría Periodismo Escrito 2013

Relatoría Premio Roche de Periodismo en Salud – Categoría Periodismo Escrito 2013

noviembre 29, 2013

Relator: Augusto Otero Herazo

Introducción

La primera versión del Premio Roche de Periodismo en Salud, en la categoría de periodismo escrito, contó con una participación de 97 trabajos de los que fueron seleccionadas 55 piezas que examinó un jurado integrado por Ignacio Fernández Bayo, Vicepresidente de la Asociación Española de Comunicación Científica (Aecc) y Rafael Obregón, jefe de Comunicaciones de la Unidad de Desarrollo de la Unicef, con la asesoría científica de Esther Samper, médica con Máster en Biotecnología, divulgadora científica y bloguera del diario EL PAÍS, de España.

El jurado sesionó el 14 de junio de 2013 para elegir a los nominados y escoger un ganador. En la deliberación se reflexionó sobre la calidad narrativa, el rigor de las investigaciones, las principales tendencias y vacíos que se observan en el panorama del periodismo en salud en Iberoamérica. Este texto recoge los principales aportes y recomendaciones de los evaluadores alrededor de los temas señalados.

La denuncia prima en la agenda

El periodismo de denuncia prima sobre la información de los avances en diagnósticos, tratamientos y nuevos desarrollos de la medicina. Para el jurado esto es especialmente palpable en América Latina, en buena medida porque persisten carencias en la prestación del servicio, los sistemas sanitarios no están consolidados, al tiempo que las autoridades, y en general los actores del sistema, no atienden adecuadamente las demandas de la población.

Es un periodismo de denuncia que a juicio de los evaluadores es bien elaborado, pues combina los testimonios de la gente con las voces de quienes deben responder como autoridad, respetando de esa forma el principio básico del equilibrio informativo. “Hay que darle voz a todos para no acabar practicando un periodismo de solo denuncia o de publicidad institucional”.

En opinión de los evaluadores, además de sacar a la luz las carencias y denunciarlas, el cubrimiento de los temas sanitarios en sus diferentes aspectos genera espacios de participación que ayudan a corregir los problemas y en ese contexto cumple una función social importante. “Los periodistas tienen esa conciencia y lo hacen con profusión (informar)”.

A partir del material examinado, el jurado deja ver que en el otro extremo de la agenda de cubrimiento están los temas relacionados con investigaciones de punta en el campo de la medicina o los medicamentos, que se realizan especialmente en los países con mayor grado de desarrollo.

En ese sentido, y a manera de recomendación, consideran que los reporteros que cubren temas de salud deben estar atentos y abiertos a la investigación que se produce en los países de la región. En algunos casos ésta puede ser incipiente, pero está en crecimiento. Tampoco se puede perder de vista la que se produce en otros países, no solo por las novedades y los avances que es pertinente difundir, sino para establecer comparaciones sobre el grado de avance o las inversiones que debe hacer un país en esta área.

“Algunos de los trabajos evaluados recogen las últimas novedades, pero son los menos”, apuntan, y sugieren que sin restarle importancia a lo que haya por hacer en materia de denuncias, se deben incorporar a la agenda los avances registrados en áreas como la biomedicina.

Para el jurado, no es un error que el periodismo de salud, especialmente el producido en Latinoamérica, destaque las deficiencias del sistema, como tampoco es necesario que evolucione imitando el periodismo que en esta área se da en los países europeos o EE.UU., donde el cubrimiento de los avances y la innovación tiene más peso.

“No es un error destacar las deficiencias del sistema. A todo ello habría que ir incorporando, poco a poco, más información sobre los desarrollos que la tecnología está permitiendo en el campo diagnóstico, terapéutico o de prevención”.

Calidad narrativa

En cuanto a calidad narrativa, el jurado destacó la significativa participación de reportajes de contenido humano, un atributo muchas veces ausente en el periodismo científico, más asociado a las voces de expertos.

En América Latina ese es un rasgo más marcado que en España: la información incorpora testimonios que le dan voz y visibilidad a sectores que normalmente no la tienen en los medios.

Subrayaron además que la incorporación de testimonios e historias no son solo pinceladas, sino que componen la trama completa del reportaje, un valor agregado del periodismo que se está perdiendo, pero que en los trabajos evaluados está muy vivo.

La calidad de las investigaciones, los enfoques y el buen nivel narrativo de los trabajos hizo difícil la decisión del jurado, especialmente en la etapa de selección de los tres nominados entre los que se escogería al ganador, y llevó a que se otorgaran menciones de honor a cuatro trabajos más.

Alertas

Uno de los temas polémicos que afloró en la deliberación fue el abordaje que deben tener en los medios los diagnósticos, terapias o tratamientos que están bajo el paraguas de la medicina alternativa.

Si bien consideraron que es obligación informar sobre todos los avances en este campo y en la medicina tradicional, se debe proceder con mucha responsabilidad para no desinformar o generar falsas expectativas. En ese contexto, sugirieron que siempre que se aborde información sobre tratamientos de salud alternativos, el reportero debe asegurarse que se está frente a desarrollos sobre los que hay evidencia de su efectividad y consecuencias.

En todos los casos siempre será saludable contar con la opinión de expertos que hagan contrapeso para entregar al público una información más completa y un mensaje preciso.

Otro punto que llamó la atención del jurado es la formación que deben procurar los reporteros que llevan la agenda de salud. Entregar al público información sobre enfermedades, patologías, posibilidades terapéuticas o prevención, entre otros temas, exige formación, y eso no siempre es tenido en cuenta en las redacciones. A los reporteros se les pide que sean pedagógicos, que ayuden a entender a la gente los problemas, y no lo pueden hacer si no tienen los elementos para entender, analizar y transmitir mensajes claros y precisos.

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