Ganadores
Relatoría del Premio Roche de Periodismo en Salud – Categoría Periodismo Escrito 2017
Relator: Orlando Oliveros
Foto: Rafael Bossio/FNPI
Jurados:
Debbie Ponchner
Periodista científica bilingüe con más de 15 años de experiencia en medios impresos, digitales y manejo de salas de redacción. Se inició como periodista científica en su país natal, Costa Rica, trabajando para el diario La Nación. En 2005 propuso y creó la primera sección diaria de ciencia de dicho periódico, sirviendo como editora. Más adelante pasó a ser la jefa de redacción de La Nación. En septiembre de 2014 se mudó a Nueva York para crear y liderar el sitio en español de la revista Scientific American. Su trabajo la ha hecho merecedora de varios galardones periodísticos, entre ellos el Premio Nacional de Periodismo Jorge Vargas Gené (2002 y 2005) y el Premio Nacional de Periodismo Científico otorgado por el Conicit (2002, 2005 y 2008).
Cristiane Segatto
Reportera especial de la Revista Época y columnista de salud de Época online. Trabajó en el periódico O Estado de S. Paulo y de la Editora Abril. Ha recibido cerca de 20 premios nacionales e internacionales durante su carrera. Entre ellos, dos premios Esso de Periodismo en la categoría Información Científica, Tecnológica o Ambiental (en 2012 y en 2014). En el 2015, fue finalista del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, en la categoría texto, con el reportaje “O lado oculto das contas de hospital”.
Asesora médica:
Fernanda Hernández
Es médica cirujana de la Universidad Militar Nueva Granada, especialista en Epidemiología y Magíster en Administración en Salud de la Universidad del Rosario. Actualmente cursa máster en Medicina antienvejecimiento y longevidad con la Universidad de Barcelona. Su práctica médica la ha combinado con una trayectoria larga y excepcional en medios de comunicación. Se desempeña como editora y presentadora de la sección de Salud de Noticias Caracol desde hace 11 años. También participa en el programa radial “Mañanas BLU”.
Introducción
Por quinto año consecutivo, Laboratorios Roche de América Latina con la Secretaría Técnica de la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano convocó y reconoció la excelencia del periodismo latinoamericano en temas relacionados con la salud.
En esta edición, 24 trabajos en la categoría Periodismo Escrito y 19 piezas audiovisuales en la categoría Televisión y Video fueron seleccionados entre 489 postulaciones provenientes de 18 países de América Latina, para luego ser juzgados en ronda final por una pareja de jurados escogida por la Fundación debido a su amplia experiencia.
Este juzgamiento final tuvo lugar en la ciudad de Cartagena, en el hotel Movich, y consistió en dos jornadas repartidas entre el 3 y 4 de junio. Durante la segunda jornada, Debbie Ponchner, Cristiane Segatto y la doctora Fernanda Hernández evaluaron criterios bajo los cuales se escogieron al ganador y los dos finalistas de la categoría Periodismo Escrito.
José Luis Novoa, director del Centro de Periodismo de la FNPI, dio la bienvenida al jurado y a la asesora médica y reconoció la autonomía de esta terna para juzgar cada uno de los textos periodísticos de la ronda final. También subrayó la importancia del Premio Roche de Periodismo en Salud frente al ámbito periodístico actual, pues es un premio que entra en sintonía con la creciente necesidad en América Latina de vincular la ciencia con el cubrimiento periodístico.
Analizando los trabajos postulados, Novoa destacó el hecho de que la mayoría de los textos que llegaron a la ronda final fueron escritos de forma grupal, a diferencia de las versiones anteriores del Premio en las que primaban los trabajos individuales. Así mismo, afirmó que a partir de la lectura de las diversas historias e investigaciones participantes en el Premio es posible construir una valiosa radiografía de la salud en Latinoamérica.
Por último, agradeció la presencia del jurado y reflexionó en torno a la ética y la responsabilidad del cubrimiento periodístico en general, cuyos valores se reflejan en el oficio de reportero de Gabriel García Márquez y en el espíritu de la Fundación, desde donde se pretende relacionar la experiencia del periodismo con la experiencia misma del ser humano.
Cubrimiento de la salud: de la crítica al rigor científico
Una vez concentrados en los 24 trabajos que llegaron hasta la ronda final, Ponchner, Segatto y Hernández se enfocaron en aquellos textos que plantearon con efectividad una crítica política, económica o social en torno a temas de salud y la sustentaron con una sólida evidencia científica.
Para el jurado, el buen cubrimiento periodístico de la salud es una fusión armónica entre una investigación que revele realidades con calidad narrativa y rigor científico. Esto implica asumir al periodismo de salud como un fenómeno que va más allá de los simples consejos médicos y, por consiguiente, como un oficio capaz de posar una mirada crítica sobre diferentes acontecimientos relacionados con la salud y que al mismo tiempo se desbordan en contextos jurídicos, políticos, económicos, culturales, éticos y humanos.
“Debemos invitar a los periodistas que trabajan en salud y a quienes se están formando en la profesión a entrenarse, cuestionarse y cuestionar incluso a las grandes autoridades, a comprender, a ser capaces de desprenderse de los prejuicios, a volverse buenos observadores y, lo que considero esencial, a empatizar”, comentó al respecto Fernanda Hernández.
Como un representante ejemplar del ejercicio crítico y el rigor científico, el jurado calificó el reportaje del periodista Vinicius Sassine titulado Recusas da FAB impedem transplantes de 153 órgãos publicado en el medio O Globo, de Brasil. “Es un excelente trabajo de investigación y de denuncia que evidencia un vacío legal que lleva a la pérdida de cientos de órganos para trasplantes por falta de transporte”, afirmó el jurado, argumentando a su vez que el texto de Sassine “hizo un seguimiento que permitió que se tomaran decisiones políticas que efectivamente salvaron vidas, reivindicando la labor de la denuncia periodística”.
Por estas razones, el jurado lo eligió como la pieza ganadora en la categoría de Periodismo Escrito. Además destacaron la manera como el periodista le da un buen uso a la Ley de Acceso a la Información y logra “un argumento contundente contraponiendo las historias de los pacientes a la espera de un órgano para el trasplante –que no llega– y las de los políticos que sí recibieron el traslado aéreo de la Fuerza Aérea”.
En contraste con las virtudes del trabajo ganador, el jurado encontró otros textos que poseían historias interesantes y críticas pero que lastimosamente no estaban basados en un fundamento científico consistente. De acuerdo con Ponchner, Segatto y Hernández, el problema de la ausencia de evidencia y rigor científico conlleva al desarrollo de prejuicios o generalizaciones frente a las herramientas y los tratamientos médicos, provocando, por consiguiente, que los lectores interioricen puntos de vista erróneos sobre determinados aspectos de la medicina.
En ese sentido, los textos destacados por el jurado fueron aquellos en los que la investigación mantuvo cierta objetividad y se abordaron problemáticas de la realidad sin sesgos políticos y prejuicios injustificados contra algunos medicamentos o procedimientos médicos.
La importancia de la calidad narrativa
Poster a su defensa de un cubrimiento periodístico de la salud que maneje la crítica y el rigor científico, el jurado agregó el elemento de la calidad narrativa. Para Ponchner, Segatto y Hernández es esencial que un reportaje posea un rostro humano y creativo donde lo científico no riña con la fluidez de la historia. Para ello, es importante que la narración envuelva al lector y lo sepa conducir a través de los conceptos médicos sin llegar a confundirlo. La calidad narrativa es, según el jurado, lo que hace que un trabajo sea una historia y no un texto de divulgación científica.
Así mismo, una narración adquiere más valor y profundidad cuando el periodista es capaz de realizar un seguimiento continuo de su problemática, es decir, un reporteo diario.
“A pesar del esfuerzo por registrar la visión de múltiples fuentes en diferentes textos y videos, a los trabajos les falta más inversión en la construcción de las narrativas. Algunos textos resultaron demasiado burocráticos, sin la capacidad de involucrar al lector con las emociones que el tema podría suscitar. Con entrenamiento, esfuerzo y mucha reescritura, la calidad de la narrativa puede ser mejorada”, argumentó Cristiane Segatto.
Temáticas recurrentes: embarazo adolescente, mortalidad materna y Zika
Haciendo un repaso a los trabajos que llegaron a la ronda final, el jurado advirtió varias temáticas que periodistas de diversos países de América Latina mantuvieron en común. Es el caso del embarazo adolescente y la mortalidad materna, una problemática que fue abordada desde México por Guadalupe Camacho en Matrimonio infantil, tradición que mata (QUO México), desde Bolivia por Zulema Alanes en Mortalidad Materna en Bolivia, más allá de las cifras (Agencia de Noticias Fides) y desde Nicaragua por Luis Eduardo Martínez en Dos veces madre antes de los 14 (La Prensa).
Para el jurado, esta recurrencia temática resultó ser muy significativa, ya que traza una especie de cartografía que da cuenta de las problemáticas similares en el campo de la salud que sufren distintos países en Latinoamérica. Lo anterior da cabida a que las políticas de salud pública puedan llegar a ser un asunto más continental que nacional.
“El embarazo en la adolescencia y la mortalidad materna, temas de gran relevancia en América Latina, fueron retratados en países de la región. Los reportajes tienen el mérito de apuntar con claridad los determinantes sociales que interfieren en las condiciones de salud –tales como estructuras de exclusión, desigualdad e iniquidad-”, afirmó Cristiane Segatto.
Paralelo a estos temas, el jurado también notó la frecuencia de trabajos enfocados en el virus Zika, en especial aquellos que provinieron de Brasil. Entre estos, exaltó a Zika vírus –Uma ameaça mundial, de Silvia Bessa Cunha y Alice de Souza (Diario de Pernambuco) y De onde vem essa zika?, de Verônica Almeida y Camila Almeida (Revista Superinteressante), que fueron escogidos como finalistas, y a Microcefalia e zika cada vez mais juntas de Cinthya Leite (Jornal do Commercio), que fue reconocido con una mención honorífica.
Sobre Zika vírus –Uma ameaça mundial el jurado concluyó: “Este trabajo fue escogido como finalista porque muestra, con un manejo adecuado del lenguaje y de los recursos visuales y narrativos, el impacto de la epidemia de Zika en la zona nordeste de Brasil. Además, exhibe las carencias del sistema de salud y la forma en que las diferencias socioeconómicas juegan un papel determinante en la epidemia. Es también un ejemplo del buen periodismo regional donde las periodistas, al estar inmersas en la comunidad, son capaces de comunicar una historia más fiel a la realidad”.
Por su parte, sobre De onde vem essa zika? afirmó: “Con una prosa maravillosa las autoras logran traducir conceptos científicos complejos. Es un texto claro y accesible que explica lo que se sabe del origen y las consecuencias del Zika. El jurado destaca la capacidad de las autoras para producir una narración agradable y fluida para el lector”.
La mención de honor a Microcefalia e zika, cada vez mais juntas se justificó por la capacidad de este trabajo de mostrar “la importancia de la cobertura diaria, diligente y exhaustiva de una epidemia con un gran vacío de conocimientos. El conjunto de reportajes contribuyó a construir un registro más completo de la situación y sus consecuencias”.
Impacto medioambiental ¿Hacia un nuevo eje temático?
Luego de su decisión final, el jurado y la asesora médica debatieron en torno a los trabajos inmersos dentro de una temática relacionada con el impacto medioambiental y sus efectos en la salud de la gente. El ejemplo más notable fue el reportaje La mancha dorada, de Andersson Boscán Pico publicado por el Diario Expreso de Ecuador, en el que se “revelan las grandes dimensiones de la contaminación de los ríos del país por mercurio, un problema provocado por la minería irresponsable y por la falta de control adecuado de la actividad por el Estado”.
Este tipo de temática, además de apuntar a un periodismo más global, suscitó la duda de si podría incluirse dentro de alguno de los seis ejes temáticos principales del Premio -innovación en cuidados de la salud, biotecnología en salud, acceso a tratamientos de salud, investigación y desarrollo en temas de salud, regulación y políticas públicas de salud, oncología-.
Al final, el jurado y la asesora médica propusieron considerar, para futuras versiones del Premio, un nuevo eje temático que involucre las problemáticas ambientales y sus consecuencias médicas en la población que las sufre.