Este reportaje fue hecho durante 5 meses de reportería y narra  la falta de atención psicológica que sufrieron los ecuatorianos en la época más dura del confinamiento para evitar el contagio del COVID-19. Esta atención fue asumida por más de trescientos estudiantes de psicología de universidades públicas y privadas del país.

María Judith López es una de esas estudiantes que atendieron la salud mental de los ecuatorianos. Los estudiantes recibían llamadas a través de la línea gratuita 171 opción seis del Ministerio de Salud Pública, habilitada para atención psicológica. A esa línea llamaban personas de todo el país que habían perdido a sus familiares por la pandemia, y tenían los cuerpos en sus casas sin poder sepultarlos. Otros tenían problemas para dormir o para comer, estaban ansiosos por tener síntomas de la enfermedad, otros necesitaban compañía o mujeres que sufrían violencia en sus hogares.

El gobierno ecuatoriano no les pagó un salario o un reconocimiento monetario por ese trabajo. Las universidades asumieron la contención emocional a los estudiantes que se sentían afectados por atender a las personas que sufrían en medio de la pandemia, en especial a aquellas que habían perdido a sus familiares en Guayaquil, ciudad convertida en el epicentro de la emergencia sanitaria entre abril y mayo de 2020.